Contra las masacres, la opresión y la miseria.
Solidaridad de clase con los proletarios y las masas de Gaza
Una semana después del ataque mortal de Hamas en
Israel y de los bombardeos sobre la Franja de Gaza, mientras las víctimas se
cuentan por millares en ambas partes (1) y centenares de miles de habitantes de
Gaza tratan de huir de los bombardeos, el ejército israelí ha lanzado un ultimátum
para exigir que más de un millón de residentes de la Franja abandonen el norte
del territorio ¡en 24 horas! Algo que, dadas las condiciones actuales, es imposible...
El primer ministro Netanyahu lo ha advertido: ¡Israel
se vengará! Para justificar el
bloqueo total del territorio con el corte total de agua, electricidad,
carburante y alimentos que se ha anunciado, el ministro de Defensa y jefe del
gabinete de guerra israelí ha declarado Combatimos contra animales humanos y
actuaremos en consecuencia.
Los imperialismos occidentales han dado vía libre a la reacción israelí
-comenzando por los Estados Unidos que inmediatamente enviaron armas y
municiones así como dos grupos aeronavales (con portaviones) al
Mediterráneo oriental, seguidos por Gran Bretaña que ha decidido enviar también
buques de guerra; los otros imperialismos europeos se colocan sobre la misma
línea en nombre del “derecho a la defensa”. Es inútil decir que para ellos no
existe ningún “derecho a defenderse por parte de los palestinos”. Los mismos
que se indignan por las masacres de civiles, mujeres y niños israelíes y
condenan el terrorismo de Hamas, no se indignan jamás por las masacres causadas
por el ejército de los colonos israelíes y no han condenado nunca el terrorismo
de este país. Esto no obstante que desde hace décadas el Estado hebreo comete
masacres y violencias de todo tipo para imponer su dominio sobre la población
palestina.
Desde 2007, con el aval de sus aliados
imperialistas y con el pretexto de combatir a Hamas, ha sometido a toda la
Franja de Gaza, además de a ataques sanguinarios (2), acompañados de la
destrucción de numerosos edificios y de diversas instalaciones, al bloqueo; las
consecuencias de estos ataques son desastrosas para la población: más de la
mitad de los trabajadores están desocupados (y más del 81% de aquellos que
tienen un trabajo reciben un salario inferior al mínimo), la pobreza es
endémica (según algunas estimaciones afecta a dos terceras partes de la
población), las condiciones de vida son deplorables. Pero todo esto no conmueve
a los líderes políticos de las democracias europeas y americanas, ansiosos de
defender este pilar del imperialismo occidental en el Medio Oriente que
representa el Estado de Israel. Los bombardeos masivos y el resto de acciones
militares israelíes no buscan tanto vengar los 1.200 muertos y los 2.700 heridos
causados por el ataque de Hamas como reivindicar con sangre, con el consenso
imperialista, el terrible golpe dado a la reputación de invulnerabilidad de la
principal potencia militar de la región, en un momento en el cual el predominio
occidental se ve contestado.
Sólo la revolución comunista internacional puede
poner fin a la opresión, a la miseria y a las masacres continuas que viven las
masas palestinas.
La fuerza de Israel se debe en gran parte al
inagotable apoyo militar, económico y político de los Estados Unidos y de los
otros imperialismos occidentales: estos tienen una responsabilidad total en lo
que se refiere al sufrimiento de los proletarios y de las masas desheredadas de
Palestina. Esta fuerza se sustenta también en la unión nacional que mantienen
los proletarios hebreos encadenados a “su” burguesía y a “su” Estado,
dispuestos a hacer sacrificios para defenderle, en nombre de sus privilegios
respecto a los proletarios y a las masas árabes, incluidas aquellas israelíes. La
masacre de centenares de civiles desarmados por parte de Hamas no puede sino
reforzar esta unidad nacional, haciendo posible, al menos durante un cierto
periodo, la superación de la crisis política en Israel y la legitimización del
gobierno de extrema derecha en el poder.
Si Hamás puede presentarse después de su ataque
como un adversario de Israel mucho más eficaz de cuanto lo han sido nunca las
viejas organizaciones laicas de la guerrilla, no puede aún presentarse como una
solución para la emancipación de las masas proletarias. Este ataque no está en
condiciones de hacerlas avanzar (de hecho lleva a terribles represalias contra
la población civil) ni de poner en peligro a Israel, que se ve reforzado. Hamas
lleva 15 años gestionando el estatus quo en Gaza con el difícil, implícito pero
innegable, acuerdo de Israel, que mantiene el control económico del territorio:
el gobierno israelí, por ejemplo, ha autorizado las transferencias de fondos de
Qatar a Hamas, para debilitar a la “Autoridad Nacional Palestina” de
Cisjordania; con su propaganda religiosa imponen un orden riguroso a la
población y a los proletarios. Su única y verdadera perspectiva es en realidad
la de ser reconocido abiertamente como el carcelero de los proletarios de Gaza
por cuenta de Israel, de los países árabes vecinos (comenzando por Egipto) y de
los imperialistas.
Los proletarios palestinos no pueden contar con los
Estados árabes o musulmanes que, en su mayor parte, han renunciado incluso a
los simples discursos de apoyo. Si Irán parece ser una excepción es sólo porque
explota la causa para sus propios intereses nacionales.
El único apoyo que podrán encontrar será el de los
proletarios del resto de países y en particular el de los proletarios de las
metrópolis imperialistas, una vez que hayan reanudado la vía de la lucha de
clase contra el capitalismo. Debilitando el imperialismo y, por lo tanto, su
apoyo a Israel, crearán las condiciones para la ruptura de la unidad nacional en
este país para que los proletarios hebreos comprendan la necesidad de ser
solidarios con los proletarios árabes contra la burguesía hebrea y árabe.
Esta perspectiva de revolución internacional contra
el capitalismo y contra todos los Estados burgueses puede, sin duda, parecer
hoy utópica; pero es la única que podrá romper con la inacabable serie de
guerras y masacres, de miseria y de opresión, que llena de sangre la región
desde hace demasiado tiempo.
14 octubre 2023
Partido Comunista Internacional
(El Proletario)
(1) El ejército israelí ha declarado que mató a miles
de participantes en los atentados: por lo que parece no hico prisioneros y los
heridos fueron asesinados.
(2)A finales de 2008, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre después
de un lanzamiento de misiles: murieron 1.440 palestinos y 13 israelíes. A
finales de 2012, el ejército israelí asesinó al líder militar de Hamás, Ahmad
Jaabari. Siguieron ocho días de ataques aéreos que mataron a 174 palestinos. Murieron también seis israelíes. En julio de 2014,
Israel lanzó la operación Cordón Protector para acabar con el lanzamiento de
cohetes y destruir los túneles excavados en el enclave. La guerra provocó 2.251
muertos palestinos, entre los cuales 65 niños, en su mayor parte civiles y 74
muertos israelíes, casi todos soldados. En mayo de 2021, una nueva guerra en
Gaza provocó en 11 días al menos 232 muertes de palestinos y 12 israelíes. Dos
años después, en mayo de 2023, 35 palestinos, incluidos los dirigentes de la
Jihad Islámica, fueron asesinados en cinco días de guerra.