[recibimos y publicamos]
 
ALERTA ANTIFASCISTA:
EL FASCISMO AVANZA SI NO SE LE COMBATE
En
 los últimos meses en Valladolid, el aumento de la actividad de 
grupúsculos fascistas es un hecho, como así lo ponen de manifiesto las 
recientes agresiones por parte de miembros pertenecientes a estos grupos
 contra personas pertenecientes al colectivo LGTBQ+ o jóvenes 
antifascistas.
Dentro de esta escalada de actividad
 por parte de estos sujetos, debido sin duda a la sensación de impunidad
 ante sus fechorías, uno de los últimos episodios lo encontramos en la 
excursión al Valle de los Caídos en la que se entonaron cánticos  y se 
exhibieron símbolos franquistas, organizada desde un Instituto de 
Enseñanza Secundaria de nuestra ciudad, el I.E.S. Núñez de Arce. 
Estos
 hechos fueron denunciados por el portavoz del Sindicato de Estudiantes 
de Castilla y León, Victor M., así como la posterior “caza de brujas” 
entre el alumnado, para saber de donde procedía la filtración de lo 
ocurrido en dicha excursión, porque al parecer lo importante no es encontrar a los responsables y depurar responsabilidades, sino encontrar
 al “topo” que levantó la liebre, en perfecta consonancia con lo que 
está pasando en otro caso y en otro ámbito. Me pregunto, sin embargo, 
qué necesidad hay de encontrar a ese “topo” si como se sostiene desde el
 centro el comportamiento en esa excursión fue ejemplar.
Esta
 denuncia, y la consecuente sensación de impunidad por parte de los 
fascistas viendo la respuesta institucional que ha tenido consecuencias 
personales para el propio Víctor que, recientemente, ha sido objeto no de
 una sino de dos agresiones físicas por parte de miembros de estos 
grupúsculos fascistas.
La primera tuvo lugar en el 
propio centro educativo al que asiste Víctor (un centro de FP en Palencia), en donde fue agredido 
físicamente por dos sujetos que le amenazaron de muerte, agarrándole uno
 del cuello mientras el otro le ponía un cúter en la espalda ante la 
mirada y pasividad de un docente de dicho centro. A estas alturas, y pese
 a estar estos dos sujetos perfectamente identificados, ni han sido 
detenidos, ni han sido puestos a disposición judicial, ni tan siquiera 
han sido expedientados y expulsados del centro. En cuanto al profesor 
que asistió a dicha agresión y que no hizo nada por evitarla o ponerle 
fin también desconocemos si su actitud ha tenido consecuencia ninguna.
Este
 proceder por parte de la dirección del centro no nos extraña porque 
Víctor, persona comprometida con la lucha por la igualdad y el 
antifascismo, viene sufriendo bullying por parte de los docentes de 
este centro desde que asumió la portavocía del Sindicato de Estudiantes 
de Castilla y León, cosa que no mejoró cuando denunció trato 
discriminatorio y vejatorio por parte de los docentes a los alumnos de 
otras etnias que asisten al centro. Como tampoco nos extraña la 
pasividad del docente  testigo de esta agresión porque él mismo intentó 
agredir a Víctor en otra ocasión, lo que fue evitado por otros dos 
docentes que pusieron freno a su compañero.   Los protocolos 
anti-bullying están muy bien siempre y cuando no seas un alumno que no 
agrada al centro porque te empeñas en luchar contra los tratos 
discriminatorios.
La 
segunda agresión tuvo lugar un día después de la primera, cuando Víctor 
estaba en la sede del sindicato y tres sujetos intentaron acceder a esta
 forzando las ventanas mientras proferían insultos y amenazas. 
Afortunadamente, no tuvieron éxito en su intento y todo se quedó en un 
susto. Pero menudo susto... que deja bien a las claras tanto la 
organización para cometer actos delictivos como las intenciones 
intimidatorias de esta gente.
Ante todo esto no se 
conoce ninguna medida por parte de la Consejería de Educación de la 
Junta de Castilla y León, y tampoco se espera, porque todos sabemos qué 
partido gobierna esta comunidad, con qué partido gobernaba en coalición 
hasta hace muy poco, y la posición de estos partidos ante la Ley de 
Memoria Democrática que está en el origen de todos estos lamentables 
hechos.
Lo que sí llama más la atención es la 
pasividad de la Delegación de Gobierno y el Ministerio de Educación, 
ambos en manos del partido que impulsó la Ley de Memoria Democrática y 
que lleva desde comienzo de años dando bombo a los actos organizados 
para conmemorar la muerte del dictador Francisco Franco, como si con 
ella hubiera llegado la democracia a este país y olvidando que aun 
cuando llegó hubo que lamentar sucesos como el asesinato de Yolanda 
González o el tiroteo en El Largo Adiós (en esta misma ciudad), ambos 
perpetrados por grupos armados vinculados a Fuerza Nueva, partido de 
extrema derecha con representación parlamentaria en ese momento. Y es 
que, ya se sabe, el antifascismo mejor cosmético y de boquilla no vaya a
 ser que nos impliquemos y alguien nos pueda vincular con grupos de 
“extrema izquierda” y nos carguemos eso de que los extremos se tocan y 
bla, bla, bla.
Y lo que no solo llama la atención 
sino que empieza a parecer preocupante es el silencio ante estos hechos 
de otros partidos de “izquierda”, sindicatos, colectivos por los 
derechos sociales y coordinadoras varias. No se entiende este paroxismo y
 se empieza a entender como miedo. Quizá sea  la consecuencia de años y 
años de practicar ese antifascismo democrático estético y de boquilla 
que antes mencionábamos, seguidos de años de activismo digital y por 
redes sociales. Quizá haya que recordar que si tocan a unx nos tocan a 
todxs y que la respuesta a todas estas agresiones tiene que ir más allá de 
un comunicado en internet.
Lo que es innegable es 
que hace unos meses uno de esos caudillos que tiene la derecha de este 
país (bajito y con bigote como manda la tradición) dijo a sus acólitos 
“el que pueda hacer que haga”  y eso es lo que están haciendo en 
diversos ámbitos y distintos niveles.
“Para que triunfe el mal, solo se necesita que lxs buenxs no hagan nada” Edmund Burke.
Antifa de Barrio
