miércoles, 30 de noviembre de 2022

[Valladolid] El OTRO lado del muro

 [recibimos y publicamos]



EL OTRO LADO DEL MURO


En una reciente entrevista a Cecilio Vadillo, fundador-vocal de la Plataforma Por el Soterramiento de Valladolid, leo en repetidas veces que dice que la vía excluye a los 90.000 ciudadanos que están al otro lado del muro.

Las vías, esos rieles sobre traviesas de madera, no tienen la capacidad para excluir a nadie. Quien excluye son las personas. Y si alguien excluye a alguien por el hecho de vivir al otro lado del muro...¿quién tiene el problema? ¿Los excluidos o los que excluyen?

Yo, en mis casi 40 años a este lado del muro, nunca he sido excluido por ello. De pequeño nunca me prohibieron entrar en el campo grande, ni se lo prohíben ahora a mis hijos por el hecho de vivir a este lado del muro. Es más, nunca nadie me lo ha preguntado. Tampoco nunca me sentí excluido de chaval cuando jugaba en el San Isidro e íbamos a jugar al otro lado del muro, cuando ahí sí que todo el mundo se imaginaba en qué lado del muro vivía. Nadie me faltó el respeto por vivir donde vivo, en todos los lados nos dejaban usar los vestuarios, nos daban agua. A nadie le importaba en qué lado del muro vivía. Ya de jovencillo, cuando empecé a ir por la tarde-noche al cuadro, a nadie le parecía importar de que lado del muro venía, y era tratado como uno más, qué cosas. Lo mismo me pasó cuando comencé a trabajar. Absolutamente nadie tuvo en cuenta en que lado del muro vivía para darme o no un trabajo.

Con esto quiero demostrar que los únicos que hablan de exclusión según en que lado del muro vivas son, precisamente, los miembros de la Plataforma por el Soterramiento de Valladolid. Ellos son los que excluyen. Si son los únicos que ven la exclusión es porque son los excluidores y excluyentes. Como dice el refranero...el primero que lo huele, debajo lo tiene.

¿Por qué lo hacen? buena pregunta. Tendrán sus intereses.

 

Sería genial que en donde está el muro hubiera una gran arboleda, llena de cesped, con bancos y sombras en donde mis hijos pudieran jugar tranquilamente.

También sería estupendo que mis hijos fueran a un colegio que no estuviera saturado, que tuvieran cerca de casa parques y que hubiera un montón de actividades extraescolares y culturales de calidad y que no tuvieran que ir al otro lado del muro. Que cuando acaben el colegio puedan ir a un instituto con una buena infraestructura, bien mantenido, con profesorado profesional y entusiasmado y que puedan encontrar en ellos la motivación necesaria para seguir estudiando a este lado del muro.

Molaría que mis amigos del barrio que tienen empleos precarios, sueldos de mierda, condiciones penosas, pudieran encontrar un empleo digno, que puedan pasar tiempo con sus hijos, que tengan tiempo para su ocio y que, de vez en cuando, se pudieran dar un capricho aquí, sí, a este lado del muro.

Que mis conocidos de toda la vida no tengan que ir a vivir a un pueblo, a cualquier lado del muro, porque aquí no hay vivienda asequible y de calidad.

Sería una pasada que cuando necesitemos ir a urgencias, no tuviéramos porqué ir al otro lado del muro, a esperar en una sala abarrotada durante horas para ser atendidas por un médico que lleva 15 horas seguidas trabajando. Que si tenemos que ver a nuestro médico de cabecera, después de estar toda la mañana intentando que nos cojan el teléfono porque no hay personal suficiente, no nos den cita para dentro de una semana.

Me encantaría sobremanera que mi abuelita, de 93 años pudiera contar con un servicio de ayuda a domicilio suficiente, gratuito y de calidad y que los y las trabajadoras que la atendieran tuvieran un salario suficiente para vivir, que no tuvieran que ir en una mañana a 3 o 4 domicilios diferentes por todos los lados del muro para poder, más o menos, ganarse la vida. Y que cuando mi abuelita tenga que ir a una residencia, haya una pública (que no hay a este lado del muro), de calidad, bien atendida, con una buena cocina, medicas, enfermeras, auxiliares, personal de servicios suficientes.

Y que este lado del muro estuviera siempre limpio, sin muebles por las aceras.

Eliminar el muro no va a conseguir nada de esto. Prefiero que a este lado del muro haya todo esto a que no haya muro. Por muy bonito que quedara.

 

No saben (los de la plataforma) cuánto va costar el soterramiento, no saben si 70 millones u 800. Ni siquiera saben si sería técnicamente posible. El ayuntamiento habla de 615 millones de diferencia entre el soterramiento y la integración.

Lo que si sabemos es, si miramos a proyectos similares, cuanto nos costaría tener a este lado del muro las infraestructuras necesarias para tener una vida de calidad y para que los que nos llaman excluidos se callaran un poco, que ya aburren.

El nuevo hospital Río Hortega, costó 200 millones de euros. con todo su equipamiento. 608 camas de hospitalización, 18 quirófanos, 6 salas de parto, 16 puestos de neonatología, 17 puestos de hemodiálisis crónicos y 30 puestos de Hospital de día. 1.500 plazas de aparcamiento, Urgencias con helipuerto, un área de UCI pediátrica, grandes quemados, trasplante hepático, cirugía maxilofacial, cirugía plástica y cirugía bariátrica. Junto a ello, y con tecnología de última generación en radiodiagnóstico. Otro Río Hortega, a este lado del muro sería la hostia.

En la Comunidad Valenciana se ha presupuestado la construcción de 1.100 viviendas de alquiler social por 50 millones de euros. 1.100 viviendas públicas en este lado del muro...¿Os lo imagináis?

Una empresa llamada “La Saleta Care” va a construir en Sevilla una residencia para 180 personas mayores por 8,5 millones de euros.

El Grupo Planeta ha construido un centro de formación profesional y universitaria en 2018 para 3.000 alumnos, con 70 programas con actividades -presenciales y online- como formación universitaria oficial y propia de materias diversas entre las que hay ciencias de la salud, diseño, administración y finanzas u hostelería y turismo, por 7 millones en Cataluña.

En Vicálvaro, Madrid, se está construyendo un centro cultural de 5.500 m2, con teatro-auditorio, zona de exposiciones, salas de ensayo y dependencias multifuncionales, así como salas de estudio y biblioteca y garaje por 6,6 millones de euros. Un instituto bilingüe en Torrejón de Ardoz para 360 alumnos. Y también en la comunidad de Madrid van a construir un colegio infantil por 2,5 millones de euros con 225 plazas escolares, una sala de usos múltiples y comedor, patios de juegos con areneros y espacios de caucho para los más pequeños.

El Servicio de limpieza del Ayuntamiento de Valladolid, en 2019, invirtió 2 millones de euros en vehículos para la limpieza de la ciudad, incluidos 4 camiones para recogida de contenedores, varías maquinas para barrido de calles y aceras y unos cuantos camioncillos y furgones de diferentes formatos.

Esto Sí que mejoraría, sin lugar a dudas, la vida a este lado del muro. Y todo esto costaría 280 millones de euros. Aún podríamos invertir 27 millones en zonas verdes, algún polideportivo, incrementar considerablemente la partida para la ayuda a la dependecia y solo habríamos gastado la mitad (¡¡LA MITAD!!) de lo que el Ayuntamiento calcula que costaría. Obviamente tampoco me fío de sus cuentas...por eso doy 300 "kilitos” de margen.

En esa misma entrevista, dice: "Hemos calculado que, durante la obra, generaría unos 1.500 empleos directos y otros 15.000 indirectos”. La empresa que más personas emplea de Castilla y León es Renault, que emplea entre sus 3 fábricas a 10.000 personas. ¿Nos están diciendo que la obra del soterramiento va a emplear a un 65% más de personas que Renault? Mentira. Simplemente, mentira. Y después de la obra, ¿a cuánta gente daría trabajo? de nuevo no tienen ni idea.

 

Sin duda, vemos que con ese dineral que ellos llaman "calderilla", se pueden hacer cosas infinitamente mejores para este lado (y para el otro) del muro. Que la ciudad va a crecer, va a generar más empleo y va a mejorar socialmente haciendo otras cosas.

Con todo esto quiero decir que basta de apoyar a ciegas a vende humos. No repitamos el discurso vacío de una Plataforma sin ver mas allá de lo que nos venden. Está claro que el soterramiento no es una obra social. Es una estrategia política. 

Este lado del muro no se siente excluido de nada. Se siente orgulloso de lo que ha sido, de lo que es y de lo que va a ser. Y, por cierto, todos estamos al otro lado del muro...según desde donde se mire.